Las historias, sus calles, los olores, los colores y sobre todo los sabores hacen de Santander una región especial en Colombia. El departamento de Santander tiene razones para enamorar a quienes le visitan y dicen por ahí que el amor entra por la cocina, de ser así, entonces Santander lleva la ventaja para enamorar a más de uno. La gastronomía santandereana mezcla historia, sabor, sazón, pasión, texturas, aromas y dedicación en cada plato que se cocina en estas tierras, y así darle al gusto de propios y visitantes un regalo a sus paladares. Entre tantos sabores que se encuentran en Santander, hay una receta especial y que pocos conocen, pero que sin duda es una invitación a enamorarse de la cultura santandereana.
La receta es nada más y nada menos que el de las ruyas bravas. Un plato que resalta el sabor del maíz haciendo honor a este ingrediente que tanto usaban los antepasados de Santander, según la receta original, pero se le pueden hacer algunas variaciones dependiendo del gusto de cada persona o de tener los ingredientes a la mano.
Para empezar, es bueno que sepan que las ruyas bravas es una especie de sopa, lo que la hace diferente son precisamente son las ruyas que se le agregan, pero ¿cómo preparar las ruyas?
Para esta receta se necesitan los siguientes ingredientes:
- Comino, sal y pimienta al gusto
- Cilantro en semilla
- Orégano
- Guacas
- Cebolla larga
- Hojas de repollo
- Tomate
- Papas
- Auyama
- Berenjena
- Frijoles verdes
- Maíz amarillo
- Costilla de res
- Agua
Teniendo los ingredientes listos, procedemos a preparar.
El modo de preparación es el siguiente:
Para preparar la masa, el procedimiento es muy parecido al de hacer una arepa, es decir se mezcla la harina con agua y se agrega una pisca de sal, luego se va dejando que la masa se seque entre las manos, o como una tela que se consigue palmeando la masa, así como cuando se redondeada las arepas, lo ideal en este paso es conseguir que quede una delgada masa en la palma de la mano.
Para el sancocho, primero se deben alistar los demás ingredientes:
Las costillas se ponen a cocinar con la cebolla y agua, allí se le añaden las papas y los fríjoles verdes, después se agregan el repollo, las berenjenas, la ahuyama, junto con el comino y la sal, y se va cocinando a fuego medio.
Por otro lado, se pone a cocinar el maíz que se va a usar en las ruyas y se mezcla con el tomate, ahí mismo se le agrega la semilla de cilantro, el ajo, la pimienta, y sal. Una vez que esté lista la sopa de costillas, se le añaden las ruyas, guacas y orégano.
Importante que después que se tenga la masa de las ruyas y se tenga la masa finita en la palma de las manos, se va a hacer una especie de bastoncito o pequeños cilindros. Eso es lo que se agregara a la sopa. Pueden servir y buen provecho.
La sopa de ruyas era muy preparada desde los inicios de este departamento, pues en la zona predominaba en cultivo del maíz y era muy usado por sus habitantes y que siempre resultaba accesible para el bolsillo, pero también es muy nutritivo. La sopa de ruyas es originaria de Santander, pero con el paso del tiempo la adoptaron en otros fogones de Colombia como: Cundinamarca, Norte de Santander, Caldas, Boyacá y Tolima.
A pesar de ser preparada en estas otras zonas del país, la receta de las ruyas bravas está a punto de perderse, debido a la poca frecuencia con que se elabora. Pero sin duda al visitar Santander puede probar este plato, o aprovechen la receta, inventen en familia y pónganla como excusa para reunirse y disfrutar de una buena tertulia mientras la preparan.
Un dato importante de esta receta es que la fórmula tradicional se elabora con maíz pelao o pilado, esto requiere más tiempo, pero es la forma como se mantiene la receta original. Pero con el paso del tiempo, por gustos o tal vez facilidad algunas familias santandereanas la preparan con harina de maíz precocido, es la misma con la que se hacen las arepas. El sabor es un poco diferente y es por ello que lo ideal sería prepararla con maíz pilado.
En Colombia se habla mucho de la comida de la región de Santander ¿saben por qué? Porque aquí mismo se cultiva lo que se usa para cada receta, pero también por la gran variedad en sus comidas y por supuesto una más gustosa que otro, son recetas creativas, coloridas y sobre todo fáciles, pero también cada plato que se cocina en los fogones de Santander, son recetas con historias.
Hay otras recetas que no son tan conocidas, pero de igual forma son parte de la gastronomía y tradición de Santander, son una delicia gastronómica que vale la pena probarlas por lo menos una vez.