Como reseñamos en nuestra investigación anterior, existen diferentes elementos para identificar a un determinado país o en el caso que nos concierne, a una región específica, lógicamente, en esta ocasión haremos hincapié en un elemento que da sentido de pertenencia e identificación al habitante del departamento de Santander.
En la oportunidad precedente hablamos acerca de la fauna silvestre, de esa ave que representa al santandereano; esta vez, le toca el turno a la flora, aquí descubriremos todo lo relacionado con el árbol que representa a esta maravillosa región, que aparte de ser pujante en el desarrollo del país, también tiene una interesante diversidad, y al mismo tiempo autenticidad, en cuanto a la naturaleza se refiere, les presentamos a: la ceiba o Cavanillesia chicamochae, como es conocido científicamente (de acuerdo al nombre sugerido por José Luis Fernández Alonso, biólogo de nacionalidad española), el árbol de Santander.
Aunque parezca curioso y hasta insólito, tanto la ceiba, como el colibrí Amazilia Ventricastaño, tienen un par de cosas en común que nada tiene que ver con el origen de sus especies, como ya sabemos, uno es un árbol y el otro un ave, y ustedes se preguntaran que tiene que ver una cosa con la otra. Afortunadamente, aquí le tenemos la respuesta a esta y a todas las interrogantes que tienen que ver con este tema. La primera de esas dos cosas en las cuales guardan relación, es que lamentablemente ambas especies dentro del rango de sus orígenes se encuentran en peligro de extinción, y la segunda, es que ambos se convirtieron oficialmente en patrimonio principal de Santander el mismo día, aquel 6 de mayo de 2015, mediante esa orden asignada con el número 019.
Pero bien, es momento de dejar atrás lo que tiene que ver con el ave, y comenzar a conocer más a fondo acerca de la ceiba, este peculiar e interesante árbol que también es comúnmente conocido como la ceiba barrigona o el barrigón, y que no solamente se distribuye en esta zona del país, sino que por si fuera poco es única en Colombia, así como usted mismo puede leerlo acá, no existe ninguna otra región o lugar en el territorio nacional en el cual usted pueda encontrar un árbol igual a este, la ceiba barrigona forma parte del tesoro cultural y natural de Santander.
Es un sello único y especial, puesto que pueden encontrarse exclusivamente en territorio santandereano. Por este motivo, es fundamental y necesario que todas las personas que hacen vida en esta región los cuide y establezcan sentido de pertenencia con él, ya que el mismo se encuentra adecuado a la zona peñascosa, baldía y hostil del conocido Cañón del Chicamocha. Aquellos que tienen algún conocimiento en cuanto al tema, cuando lo miran detenidamente concuerdan en que se asemejan bastante a fastuosos y señoriales guerreros que de alguna manera inexplicable y hasta maniática, se las han ingeniado para poder sobrevivir en territorio desértico.
Este árbol tiene una altura promedio de entre 4 a 6 metros, su tronco es alargado, y al mismo tiempo hinchado o con forma semejante a la de un barril y la corteza es de color gris oscuro, sus raíces parecen unos brazos largos encorvados que se aferran a los empinados peñascos. Esta particular especie, florece año tras año en el país, y genera una producción de semillas con una longitud aproximada de 15 centímetros en cuanto a su largo.
La gran particularidad de la ceiba barrigona, o el barrigón (como Ud. lo prefiera) se halla en que su simiente tiene un material para brotar que es propio de la planta, en otras palabras, posee la capacidad de recolectar y acumular agua hasta el momento en que comiencen a salir las raíces y de esta manera comienza el proceso para desarrollarse.
Según los expertos, uno de los principales problemas o motivos por los que este árbol se encuentra en peligro de extinción, radica en que por falta de conocimiento, las personas introducen en el ecosistema especies invasoras y dañinas para esta planta; por ejemplo las cabras, que no son oriundas de Santander, sino que son traídas de otro continente, y lastimosamente y si se quiere sin ninguna mala intención, sino por naturaleza y supervivencia, terminan siendo comensales importantes de este árbol, puesto que sus hojas y semillas son de las comidas favoritas de estos mamíferos.
La hecatombe se produce justo en el instante cuando comienzan a salir las hojas de la ceiba, porque es allí en donde aparece la cabra y las devora y no deja que se lleve a cabo el desarrollo total de la ceiba.
También apuntan los entendidos en la materia que, hasta ahora, dicha especie se encuentra en vía de su desaparición total, todo gracias a las condiciones del cañón del Chicamocha, la mano del hombre, y la incorporación de especies animales ajenas al hábitat. Y son contundentes en afirmar que, si se llega a dar su extinción, se produciría una inestabilidad significativa en el ecosistema del departamento.
Por tal motivo y con la finalidad de resguardar la especie, Isagen puso en marcha un plan de recuperación y protección para conservar los emblemáticos paisajes de la región. Isagen arrancó con un proceso de germinación de semillas en el año 2016, como parte del Programa de Protección de Hábitat Terrestre de la central Sogamoso, para el rescate de esta especie, y al día de hoy puede sacar pecho por el trabajo realizado para resguardar el paisaje nativo de la región. A través de la reproducción de 3 mil plántulas de esta especie, Isagen contribuye a su subsistencia; dicha empresa entre el 2017 y 2019, realizó la siembra de 2.200 ejemplares, en 12 hectáreas en las zonas de Llano y El Humo.
Igualmente construyó 1.700 metros lineales de cerca, para acabar con la presencia de cabras, que significan un peligro para la planta. ¿Quieres ayudar a evitar la desaparición de la ceiba? Siembra una y así estarás contribuyendo no solo con el rescate de la especie, también ayudarás a salvar el planeta.