¿Hombre, mujer, están listos para una relación? (Parte 1)
¿Te da miedo enamorarte?
Que el amor es bello, que es lo mejor que pueda sucedernos a hombres y mujeres, que la vida sin amor no es igual, que el amor es la razón de nuestras existencias y finalmente, que la misma vida comienza y termina en el amor. Todas las anteriores razones son ciertas ante la fortaleza del amor en nuestras existencias, pero a pesar de eso, existen personas que les da miedo enamorarse por diversas razones y te comento las siguientes:
Terror al compromiso por miedo a perder la individualidad
No es que el hombre o la mujer sea un egoísta en cuanto al amor se refiere y por capricho desee permanecer sólo(a). No se trata de eso, más bien, es que si han vivido durante mucho tiempo solos con todo lo que representa esa autonomía, porque desde jóvenes sus estudios secundarios, de universidad y sus trabajos, los realizaron fuera del hogar materno y están más que acostumbrados a lidiar, solventar y disfrutar todas sus dificultades, sus pasiones y sus diversiones que el amplio mundo les ha ofrecido, y lo que menos desean es tener alguien cerca que les frene esos ímpetus, esos impulsos de ser los protagonistas de su propia vida; bajo esas circunstancias, quién logre quebrantar ese propósito de vida a alguien, se merece más que un merecido aplauso.
No es el momento
Porque vienes de una ruptura sentimental cercana y deseas normalizarte (duelo), para llegar en óptimas condiciones y pretender un nuevo amor, porque tus ocupaciones no te dan el tiempo necesario que merece una relación amorosa, porque es naturaleza tuya desconfiar en materia sentimental por experiencias propias o ajenas, o porque viviste con tus padres el ejemplo de lo que no es el amor, etc. Muchas personas cometen el error que para olvidar a la fuerza su anterior pareja, actúan acorde con la siguiente frase, “un clavo saca otro clavo”, que significa que con otra persona se olvida la anterior traga (amor), y ¿sabe que es lo que realmente podría ocurrir?, que, si antes tenías una decepción amorosa con todas sus implicaciones, ahora serán dos y los problemas se te multiplicaron.
Experiencias traumáticas del pasado
Existe diversidad de rupturas sentimentales: algunas de recuperación rápida, otras lentas, otras suaves y las más difíciles, las dolorosas, cómo, por ejemplo, cuando “te ponen los cachos”, (infidelidad), pasas por el calvario previo de vivirlo y por lo regular, eres él(la) último(a) en enterarte, hasta que directamente lo comprobarás. El impacto es muy fuerte. Ésta última es la que ocasiona que algunas personas no deseen enamorarse nuevamente por temor a repetir otra experiencia similar y puede ocurrir, que tenga a su lado esa pareja ideal con la cual podría envejecer, pero, se impone la decisión de no tener a alguien más que te “robe el corazón” y hasta lo ates de por vida para no correr riesgos de enamorarte otra vez; pero, en el fondo, no desearás ese tipo de “robo ni de atadura” y aunque esa “herida” no sea fácil de sanar, existirán momentos que desearás liberar el corazón al amor y darte una oportunidad. Por las anteriores razones es que no tendrás una respuesta concreta si eres la persona afectada y te harás un serio cuestionamiento, ¿por qué no soy aceptado, si somos el uno para el otro y sabemos que nos complementamos lo suficiente?
Una autoestima baja
Sentir que no merecemos que nos amen, considerar que siempre nos menosprecian, que el amor es inalcanzable; que los demás podrán ser felices en el mundo del amor, pero que yo no pertenezco a ese mundo, que mi presencia física no es atrayente, que no tengo dinero ni posesiones, que vivo en un barrio pobre, que no soy estudiado, que mi voz, que mi aspecto físico, que mi timidez no me permite acercarme al sexo opuesto, etc. Por todas las razones expuestas y muchas más, una baja autoestima no permite ni facilita enamorarse. Bueno, esta razón no es del toda cierta, porque también existen personas con similitud de autoestima y la conexión podría facilitarse, solamente basta esperar la oportunidad y al “acecho” que el amor está cerca. De aquí en adelante cuando conozcas a ese alguien que te hizo suspirar, nada de agachar la cabeza, no limitar tu capacidad de hablar, nada de mirar hacia los lados como si te diera pena, nada de posturas derrotistas y menos mostrarte como una persona perdedora.
Peligro de perder la soltería
Ser soltero que activo tan valioso y sólo comprenderás su dimensión, cuando lo pierdes y sientes que no podrás recuperarlo fácilmente. Te expongo las múltiples razones que comenté en mi libro “Relación de parejas, paraíso o infierno”, sobre ese valor incalculable que es ser soltero:
- El dinero te rinde más, a pesar de los gastos en rumbas y demás.
- Duermes más tiempo, así trasnoches. No tienes que preocuparte por pareja e hijos.
- Viajas cuando y como lo desees.
- Conoces nuevas personas, aumentas tú círculo de amistades y la posibilidad de mayor número de citas amorosas.
- Tu responsabilidad es por ti mismo.
- Posibilidades mayores de disfrutar el tiempo y de enamorarte con quien te conviene y no, con quien se te aparece.
- Ser feliz sin que tu felicidad dependa de otra persona.
- Las actividades que te apasionan puedas dedicarle más tiempo.
- No tener que pedir permiso a nadie, ni que te administren el tiempo, o al llegar a casa que te reciban con los brazos cruzados o con una chancleta en la mano.
- No tienes que trabajar más tiempo para cubrir gastos adicionales.
- Al dormir puedas ocupar toda la cama y extenderte como quieras, cuan largo y ancho eres.
- No te preocupas si roncas, o peor, tener que escucharlos de tu pareja, con el agravante que siempre te lo van a negar y adicionalmente, todas las veces te señalarán como el culpable. La única manera que te quiten esa culpabilidad, es grabar cuando tu pareja está roncando, pero, ¿Quién se levantará a altas horas de la madrugada a grabar ronquidos?
- Llegar a casa a la hora que quieras y que previamente no te pregunten, ¿A qué horas regresas?
- Trasladarte de trabajo donde te propongan o decides por una nueva y excelente oportunidad laboral.
- Tus labores domésticas serán mínimas. Un soltero que viva independiente, solo lavará su ropa, el aseo del apartamento será semanalmente, seguramente no tenderás la cama, y ¿a quién le importa? Bueno, solamente, si llevas a alguien a compartir momentos y pare de contar, no tendrás que lavar platos ni ollas, porque todo lo pides a domicilio y si se trata de preparar comida, cuando mucho el desayuno y a veces la cena porque no requiere mayor cosa.
- Tienes más espacio personal en tiempo y en espacios físicos. Tiempo es lo que te sobrará y a veces tendrás que buscar alternativas diferentes para llenar el tiempo restante, que es mucho. Y por el lado de los espacios físicos en tu residencia, por más pequeña que sea, siempre será suficiente y nada te estorbará ni tropezarás con objetos decorativos y adicionales que no necesites.
- Salir cuando quieras. Que bien, hoy iré a tal lado, mañana a tal otro y así cualquier día. No tendrás limitantes para ir donde quieras, cuando quieras, como quieras y con quien quieras. Si el deporte es lo tuyo y te encanta hacer ejercicio, excelente; por ejemplo, al terminar la jornada del trabajo ir al gimnasio y después, lo que resulte, porque siempre existen mujeres y hombres ejemplares y gratificantes a la vista y al placer sexualmente degustativo; así que, inicialmente pasarás saliva y después, si las cosas se dan, podrás disfrutar de una excelente compañía, y quién te dice que no vayas.
- Tener amistades sin compromiso si así lo deseas. Todas las necesarias y no necesarias que se te presente en la cotidianidad de tu trabajo, vecinos, gimnasio, en las redes sociales, por el camino, paseando la mascota, en el bar, en el café, en el restaurante, en los viajes y vacaciones, en la parada del bus, del metro, etc.
- Puedas vacacionar o viajar en esos bellos planes de último momento. Ah, que belleza tener esa libertad no condicionada, cuando cualquier bello día cansado de tu rutina, del trabajo, o cambiar de ambiente, decides ir al sitio que se te antoja, como se te antoja y con quien se te antoja. Eso no tiene precio.
Continuará…